Las personas desplazadas en el mundo han superado los 120 millones, según un informe de la ONU que alerta sobre la insostenible magnitud de los desarraigos. La agencia para los refugiados destaca que los recortes de ayuda por parte de los donantes están teniendo un impacto inmediato en esta crisis. En un contexto de intensa volatilidad internacional y conflictos modernos, se evidencia un paisaje frágil y desgarrador marcado por un sufrimiento humano agudo.
Un nuevo informe del organismo de la ONU para los refugiados revela que los desarraigos han alcanzado cifras “insosteniblemente altas”. Esta alarmante situación se produce en un contexto donde los recortes de ayuda por parte de los donantes están teniendo un impacto inmediato y devastador.
El titular de la agencia ha señalado que “vivimos un momento de intensa volatilidad en las relaciones internacionales”, donde la guerra moderna ha creado un paisaje frágil y desgarrador, caracterizado por un agudo sufrimiento humano.
A medida que los conflictos armados se intensifican y las tensiones geopolíticas aumentan, la situación para millones de personas desplazadas se vuelve cada vez más precaria. La falta de financiamiento adecuado está limitando la capacidad de respuesta ante esta crisis humanitaria, dejando a muchos sin acceso a necesidades básicas como alimentos, refugio y atención médica.
Las organizaciones internacionales hacen un llamado urgente a los países donantes para que reconsideren sus políticas de apoyo y refuercen su compromiso con aquellos que han sido forzados a abandonar sus hogares debido a la violencia y la persecución.