Las estancias temporales en residencias para personas mayores y dependientes están aumentando significativamente durante el verano, según datos de la Asociación de Empresas de Servicios para la Dependencia (AESTE). Un 25% de estas estancias se solicitan como respiro para cuidadores no profesionales, quienes enfrentan una gran carga emocional. Durante los meses estivales, más del 40% de las estancias por respiro familiar se concentran entre junio y agosto. Además, el 65% de las estancias temporales responden a necesidades de recuperación tras hospitalizaciones. Estas modalidades permiten a los mayores disfrutar de atención especializada y socialización, al tiempo que ofrecen un alivio necesario a sus cuidadores. Las estancias temporales son una herramienta valiosa disponible todo el año, no solo en verano, para apoyar tanto a cuidadores como a personas dependientes.
Las estancias temporales en residencias para personas mayores y dependientes han experimentado un notable aumento durante los meses de verano, coincidiendo con el periodo vacacional de muchas familias. De acuerdo con datos proporcionados por la Asociación de Empresas de Servicios para la Dependencia (AESTE), el 25 % de estas estancias se solicitan como una medida de respiro para los cuidadores no profesionales, quienes a menudo enfrentan una carga física y emocional considerable.
El Instituto de Mayores y Servicios Sociales (IMSERSO) ha revelado que el 72 % de los cuidadores no remunerados que atienden a familiares mayores o dependientes sufren síntomas de agotamiento emocional. “Cuidar bien implica también descansar. Las estancias temporales permiten aliviar la presión que sufren los cuidadores y garantizar que la persona dependiente continúe recibiendo cuidados de calidad”, afirman desde AESTE.
A pesar de la falta de reconocimiento institucional hacia este recurso, las estancias temporales ofrecen una modalidad de alojamiento residencial que permite a las personas mayores permanecer en un centro especializado durante días, semanas o meses, sin necesidad de un ingreso permanente. Durante su estancia, tienen acceso a servicios similares a los que disfrutan los residentes permanentes, incluyendo atención sanitaria, psicológica, actividades recreativas, rehabilitación y fisioterapia.
Si bien están disponibles durante todo el año, la demanda por estas estancias se incrementa notablemente entre junio y agosto. Más del 40 % de las solicitudes por respiro familiar se concentran en estos meses estivales. Según AESTE, el 58 % de los ingresos temporales tienen una duración que oscila entre uno y tres meses, coincidiendo con las vacaciones de los cuidadores.
Aparte del alivio que representan para los cuidadores, las estancias temporales también ofrecen a las personas mayores una oportunidad para combatir la soledad no deseada. Este fenómeno es especialmente agudo en verano debido a la alteración de rutinas y la ausencia frecuente de familiares. El ambiente residencial fomenta la socialización, el acompañamiento, la estimulación y el bienestar emocional.
Asimismo, este tipo de estancias pueden funcionar como un primer contacto con el entorno residencial, ayudando tanto a las familias como a las propias personas mayores a comprender cómo operan estos centros y cómo los cuidados especializados pueden mejorar su calidad de vida.
“Cuidar bien implica también saber descansar. Las estancias temporales son una herramienta que beneficia tanto al cuidador como a quien recibe cuidados”, subrayan desde AESTE. Un estudio realizado por la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG) indica que el 80 % de los cuidadores admite haber perdido autonomía sobre su tiempo libre, mientras que el 60 % ve afectadas sus vacaciones. Estas cifras resaltan la importancia de visibilizar el desgaste asociado al cuidado de personas dependientes y la necesidad urgente de ofrecer apoyos como las estancias temporales en residencias.
Dicho esto, AESTE recuerda que estas estancias no son exclusivas del verano. Están disponibles durante todo el año para atender diversas situaciones: desde recuperaciones postoperatorias hasta momentos puntuales en los cuales el entorno familiar no puede hacerse cargo del dependiente.
Cifra | Descripción |
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25% | Estancias temporales solicitadas como medida de respiro para cuidadores no profesionales. |
72% | Porcentaje de cuidadores no remunerados que sufren síntomas de agotamiento emocional. |
40% | Estancias por respiro familiar que se concentran en los meses estivales. |
65% | Estancias temporales que responden a necesidades de recuperación tras hospitalización. |
80% | Cuidadores que reconocen haber perdido autonomía sobre su tiempo libre. |
60% | Cuidadores cuyas vacaciones se ven afectadas. |
El 25% de las estancias temporales en residencias se solicitan como medida de respiro para los cuidadores no profesionales.
Las estancias temporales permiten aliviar la presión que sufren los cuidadores, asegurando que la persona dependiente continúe recibiendo cuidados de calidad.
Según el IMSERSO, el 72% de las personas que cuidan de forma no remunerada a familiares mayores o dependientes sufren síntomas de agotamiento emocional.
La mayor demanda de estancias temporales se registra entre junio y agosto, con más del 40% de las estancias por respiro familiar concentrándose en estos meses estivales.
El 65% de las estancias temporales responden a necesidades de recuperación tras una hospitalización, incluyendo rehabilitación física o cognitiva.
Las personas mayores que acceden a una estancia temporal encuentran una vía para combatir la soledad no deseada y favorecen su socialización y bienestar emocional.
Sí, las estancias temporales están disponibles durante todo el año para atender diversas situaciones, no solo en verano.