El reciente informe de la ONU destaca el alarmante uso de la violencia sexual como táctica de guerra en 21 países, con más de 4600 casos documentados en 2024, un aumento del 25% respecto al año anterior. Las mujeres y niñas constituyen el 92% de las víctimas, aunque hombres y niños también sufren estos abusos. La violencia se emplea para controlar territorios y recursos, exacerbada por la disponibilidad de armas y la inseguridad alimentaria. El informe señala a Israel y Rusia bajo advertencia por patrones de violencia sexual en sus operaciones. La ONU insta a tomar medidas efectivas para prevenir estos crímenes y garantizar una vida digna a las víctimas, quienes requieren más que solidaridad para reconstruir sus vidas.
La violencia sexual se ha convertido en una táctica sistemática utilizada como arma de guerra y represión política, según el último informe de la ONU sobre el tema. Este documento ha verificado miles de denuncias de abusos dirigidos a mujeres, niñas, hombres y niños en 21 países. Entre las alertas más preocupantes se encuentran los patrones de violencia sexual observados en los territorios palestinos ocupados por Israel y en Ucrania, donde Rusia está implicada.
En 2024, más de 4600 personas fueron víctimas de violencia sexual perpetrada por agentes estatales y no estatales, lo que representa un aumento del 25% respecto a los casos documentados en 2023, indica el informe anual del Secretario General de la ONU sobre Violencia Sexual en Conflictos. Sin embargo, el estudio aclara que estas cifras solo reflejan los casos verificados por la ONU, dejando fuera numerosas denuncias en lugares como Ucrania y los territorios palestinos ocupados que no han podido ser comprobadas debido a la falta de acceso para los observadores.
Los datos revelan que la República Centroafricana, la República Democrática del Congo, Haití, Somalia y Sudán del Sur son los países con mayor número de casos verificados. En estos contextos, las mujeres y niñas constituyen el 92% de las víctimas, aunque también se extiende a hombres y niños, así como a personas con diversas orientaciones sexuales e identidades de género, minorías raciales y étnicas, y personas con discapacidad. Las edades de las víctimas oscilan entre uno y 75 años.
A menudo, tras cometer los abusos, los violadores ejecutan sumariamente a sus víctimas.
Para aquellos que logran sobrevivir a estos horrores, el trauma persiste. El estigma asociado a normas sociales nocivas provoca su exclusión socioeconómica, afectando no solo a ellos sino también a sus hijos, quienes son frecuentemente concebidos como resultado de violaciones durante conflictos bélicos.
El informe destaca un alarmante aumento en la violencia sexual contra personas detenidas; este tipo de agresión es utilizada como método de tortura y humillación para extraer información. Aunque hombres y niños son los más afectados en estos casos, las mujeres y niñas también sufren ataques.
Los grupos armados no estatales están detrás de muchos de estos crímenes para consolidar su control territorial e imponer ideologías extremistas. La disponibilidad generalizada de armas pequeñas, junto con desplazamientos masivos e inseguridad alimentaria, son factores que incrementan aún más estos riesgos.
Dichos elementos agravan la exposición al peligro de violencia sexual, especialmente para mujeres y niñas. El informe menciona a 63 actores estatales y no estatales incluidos en la agenda del Consejo de Seguridad de la ONU con sospechas creíbles sobre su participación en patrones de violencia sexual durante conflictos armados.
Recientemente se ha añadido a un grupo armado en la República Democrática del Congo por haber cometido una violación masiva en 2024. También se han incluido a dos actores estatales libios.
Hamas, por su parte, fue incorporado a esta lista tras verificaciones realizadas por la ONU en 2024 que sugieren que algunos rehenes llevados a Gaza sufrieron violencia sexual durante su cautiverio. Además, hay información convincente acerca de agresiones similares ocurridas durante los ataques del 7 de octubre de 2023 al sur de Israel.
Por primera vez este año, el informe advierte a ciertas partes sobre su posible inclusión en futuros reportes anuales. Entre ellas se encuentran Israel y Rusia.
"Dada la gran preocupación generada por los patrones de violencia sexual perpetrados por las fuerzas armadas y de seguridad israelíes, así como por las fuerzas rusas y sus aliados", se ha notificado a estas partes sobre su posible inclusión en el próximo período informativo", señala la Oficina del representante especial.
A lo largo del informe, la ONU hace un llamado urgente para que todas las partes involucradas implementen medidas claras que prohíban la violencia sexual. Es esencial garantizar la rendición de cuentas e permitir el acceso sin restricciones para observadores y agencias humanitarias para supervisar situaciones críticas.
"La promesa hecha por el Consejo de Seguridad mediante seis resoluciones específicas sobre violencia sexual relacionada con conflictos es la prevención", afirmó Pramila Patten, representante especial para este asunto.
A modo de conclusión, Patten enfatizó que las víctimas requieren mucho más que palabras solidarias: "Les debemos una vida digna y acciones efectivas para prevenir y erradicar estos crímenes", subrayó.
Cifra | Descripción |
---|---|
4600 | Personas que sufrieron violencia sexual en 2024, un aumento del 25% respecto a 2023. |
92% | Porcentaje de mujeres y niñas entre las víctimas de violencia sexual. |
63 | Número de actores estatales y no estatales incluidos en la agenda del Consejo de Seguridad de la ONU con sospechas creíbles de patrones de violencia sexual. |
2 | Número de actores estatales libios recientemente incluidos en la lista de perpetradores. |
El informe de la ONU señala que la violencia sexual se utiliza sistemáticamente como arma de guerra y represión política, verificando miles de denuncias en 21 países, con patrones específicos en los territorios palestinos ocupados por Israel y en Ucrania por parte de Rusia.
En 2024, más de 4600 personas fueron víctimas de violencia sexual, lo que representa un aumento del 25% con respecto a los casos documentados en 2023.
Las mujeres y niñas constituyen el 92% de las víctimas, aunque también hay hombres, niños, personas con diversas orientaciones sexuales o identidades de género, minorías raciales y étnicas, y personas con discapacidad afectadas.
Factores como la disponibilidad de armas pequeñas, desplazamientos masivos y la inseguridad alimentaria son citados como elementos que exacerban el riesgo de violencia sexual, especialmente para mujeres y niñas.
La ONU insta a todas las partes a tomar medidas claras para prohibir la violencia sexual, garantizar rendición de cuentas y permitir acceso sin trabas a observadores y agencias para supervisión y prestación de servicios.
El informe incluye a actores estatales y no estatales sospechosos de perpetrar violencia sexual en conflictos armados e insta a involucrar a los comités de sanciones del Consejo de Seguridad para perseguir a estos perpetradores.