Se puede mantener una vida sexual activa a partir de los 50, los 60, los 70 y, hasta los 80 años. El aumento de esperanza de vida y los cambios culturales han favorecido que el sexo en la tercera edad deje de ser un tabú y se practique con mayor frecuencia, en parejas casadas, solteros y viudos.
El paso de los años trae consigo cambios fisiológicos que condicionan la actividad sexual. La falta de deseo puede venir provocada por ciertos factores psicológicos condicionados en muchas ocasiones por miedo o falsas creencias.
El interés del sexo no desaparece, pero para poder disfrutar de una sexualidad plena es preciso adaptarse a los cambios fisiológicos que se producen en el organismo con la edad.
Existen otros factores, asociados a la edad, que inciden directamente en la disminución de la libido, como pueden ser algunas enfermedades, e incluso los medicamentos que se administran para tratar ciertas patologías. Sin embargo, existen tratamientos que permiten seguir disfrutando de una vida sexual activa en la tercera edad.
El apetito sexual no caduca con la edad; es más, en ciertos casos aumenta con el paso de los años. El problema llega cuando lo que se desea y lo que se puede hacer choca, por lo que hay que buscar alternativas diferentes a lo practicado durante la juventud o la madurez.
Además, hay que tener en cuenta que el envejecimiento no afecta a todo el mundo del mismo modo. Así, por ejemplo, las mujeres suelen empezar a tener más problemas a partir de la menopausia, mientras que, en los hombres, las dificultades suelen aparecer a partir de los 60 años con problemas de eyaculación. Sin embargo, cada persona es un mundo y, como tal, debe tratarse su patología con el especialista.
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