17/09/2025@19:26:27
Más de 2,2 millones de niñas en Afganistán han sido privadas de educación durante los últimos cuatro años, según Catherine Russell, directora ejecutiva de UNICEF. A pesar del regreso de más de 2 millones de afganos a su país, la prohibición de asistir a la escuela más allá del sexto grado sigue vigente. Esta situación agrava problemas sociales como el aislamiento, los matrimonios tempranos y la salud mental entre las jóvenes. UNICEF hace un llamado urgente a las autoridades para que levanten esta restricción y permitan el acceso a la educación para todas las niñas, destacando que el progreso del país depende de la inclusión educativa y laboral de mujeres y hombres.
La reciente prohibición de los talibanes que impide a las mujeres trabajar con agencias de la ONU ha llevado a un recorte en los servicios humanitarios en Afganistán, afectando gravemente a la población necesitada tras el terremoto en el este del país. Arafat Jamal, representante de ACNUR, destacó que sin trabajadoras no pueden operar eficazmente. La Misión de la ONU en Afganistán informó que se impidió la entrada de personal femenino a sus instalaciones, lo que ha obligado a cerrar centros de apoyo esenciales para afganos vulnerables. Desde enero, más de 2,6 millones de afganos han regresado al país, complicando aún más la situación humanitaria. UNICEF advirtió sobre el sombrío futuro de los niños afectados por el desastre natural y la creciente crisis humanitaria.
Las mujeres en Afganistán enfrentan la crisis de derechos más grave del mundo, cuatro años después del regreso de los talibanes al poder. Las restricciones han eliminado sus derechos fundamentales, prohibiendo a las niñas asistir a la escuela a partir de los trece años y limitando su participación en el trabajo y la vida política. La situación se agrava con un aumento en la mortalidad materna y matrimonios infantiles. Más de dos millones de afganos han regresado al país este año, exacerbando la crisis humanitaria. ONU Mujeres y UNICEF advierten sobre la necesidad urgente de apoyo internacional para garantizar los derechos y el bienestar de las mujeres y niñas afganas.
Entre las múltiples acciones contra las mujeres destacan la prohibición de que vuelvan a sus puestos de trabajo, la exigencia de que un familiar masculino las acompañe en los espacios públicos, la prohibición de usar solas el transporte público y la imposición de un estricto código de vestir.
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Un potente terremoto de magnitud 6,0 ha devastado el este de Afganistán, afectando gravemente a las provincias de Nangarhar y Kunar. La tragedia ha dejado cientos de fallecidos, muchos de ellos niños, y miles de heridos, además de la destrucción masiva de viviendas e infraestructuras. UNICEF ha expresado su profunda preocupación por la situación y está trabajando en la respuesta humanitaria, proporcionando atención médica urgente, suministros esenciales y apoyo psicosocial a las familias afectadas. La organización destaca la necesidad crítica de asistencia en salud, agua potable, nutrición y refugio temporal para los niños y sus familias en esta crisis emergente.
Más de 640.000 refugiados afganos han regresado de Irán a su país desde marzo, según la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR). La mayoría enfrenta condiciones adversas y llegan con pocas pertenencias, temerosos de lo que les espera en un entorno que muchos no conocen. Las mujeres y niñas son especialmente vulnerables debido a las restricciones en sus derechos. En total, más de 1,2 millones de afganos han vuelto o han sido forzados a regresar este año, lo que agrava la crisis humanitaria en Afganistán. ACNUR solicita urgentemente asistencia internacional para garantizar un retorno seguro y digno, así como apoyo a largo plazo para evitar nuevos ciclos de inestabilidad.
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