30/09/2025@19:20:24
La enfermedad de Alzheimer es la principal causa de demencia y presenta un desafío significativo tanto para quienes la padecen como para sus cuidadores. Esta afección neurodegenerativa provoca cambios progresivos en el cerebro, afectando áreas clave relacionadas con la memoria, el lenguaje y las emociones. Los primeros signos incluyen dificultades en la formación de nuevos recuerdos y desorientación espacial, debido a la acumulación de proteínas tóxicas como beta-amiloide y tau. A medida que avanza, se producen alteraciones en diversas regiones cerebrales, lo que conlleva a problemas en el procesamiento del lenguaje, la toma de decisiones y el control emocional. Comprender estos cambios es crucial para ofrecer un apoyo adecuado y desarrollar nuevas estrategias terapéuticas que mejoren la calidad de vida de los afectados.
La enfermedad de Alzheimer plantea interrogantes sobre la identidad humana, especialmente en relación con la memoria. A pesar de que esta enfermedad neurodegenerativa afecta gravemente la capacidad de recordar, se sostiene que la identidad va más allá de la memoria. Investigaciones indican que aspectos fundamentales de la identidad pueden preservarse incluso en etapas avanzadas de la demencia, desafiando la idea de una pérdida total del "yo". Existen estrategias efectivas, como intervenciones de reminiscencia y trabajo biográfico, que ayudan a fortalecer y mantener la identidad personal y social. La clave radica en un enfoque relacional activo que reconozca y valore a cada individuo, permitiendo que su esencia perdure a pesar del deterioro cognitivo.
Un estudio del Centro de Neurociencias Cajal (CNC) del CSIC revela que el ejercicio físico moderado mejora la memoria y la neurogénesis, mediado por cambios en la microbiota intestinal. Los investigadores descubrieron que una práctica de 40 minutos a intensidad media incrementa la diversidad bacteriana en el intestino, lo que a su vez potencia los efectos cognitivos del ejercicio. Este hallazgo sugiere que personalizar el ejercicio según las características individuales podría maximizar sus beneficios para la salud cerebral. Además, abre nuevas posibilidades para terapias basadas en la microbiota en el tratamiento de enfermedades neurodegenerativas y trastornos cognitivos.
Un equipo de investigación del INc-UAB ha desarrollado HEBE, una proteína quimérica que mejora la memoria y reduce los niveles de la proteína tau en modelos animales de Alzheimer. Este nuevo enfoque, que combina tres proteínas previamente estudiadas, representa un avance significativo en la búsqueda de tratamientos para esta enfermedad neurodegenerativa. Los resultados muestran que los ratones tratados con HEBE presentan mejoras cognitivas y una disminución de marcadores asociados al Alzheimer. Publicado en Biomedicine & Pharmacotherapy, este estudio destaca la importancia de la colaboración multidisciplinaria en la investigación científica. Para más información, visita el enlace.
Investigadores de la Universidad de São Paulo, en Brasil, efectuaron un seguimiento de 701 pacientes internados debido a complicaciones derivadas de la enfermedad en el Hospital de Clínicas de la institución, en la ciudad de São Paulo.
Pautas para vivir sin problemas cuando la memoria flaquea...
El concepto de memoria fotográfica o eidética se remite a la capacidad que tiene cada persona de recordar una determinada situación o una imagen con detalles precisos y exactos que aportan un máximo realismo a esa imagen.
|
Marina viaja a Vigo para conocer a la familia de su padre biológico, que murió de sida, al igual que su madre, cuando ella era muy pequeña.
Investigadores del Centro de Neurociencias Cajal (CNC-CSIC) han descubierto que el cerebro humano crea mapas espaciales más sofisticados de lo que se pensaba, esenciales para la orientación y la memoria. Liderados por Liset M de la Prida, el estudio revela cómo dos tipos de neuronas piramidales en el hipocampo responden a diferentes estímulos: las neuronas profundas reaccionan a cambios locales, mientras que las superficiales mantienen una representación global del espacio. Este hallazgo, publicado en la revista Neuron, podría tener implicaciones significativas para entender trastornos neurológicos como el Alzheimer. La investigación utiliza técnicas avanzadas para visualizar la actividad neuronal y ofrece nuevas perspectivas sobre cómo el cerebro procesa información espacial. Para más detalles, visita el enlace.
Un equipo del Institut de Neurociències de la Universitat Autònoma de Barcelona ha descubierto que las proteínas tau y beta-amiloide, implicadas en el Alzheimer, afectan de manera diferente a los circuitos cerebrales relacionados con la memoria y las emociones. Este hallazgo, realizado en un nuevo modelo animal, sugiere que ambas proteínas tienen efectos negativos sinérgicos, lo que podría cambiar los enfoques terapéuticos actuales que se centran en bloquear solo uno de estos factores. Los investigadores proponen un enfoque dual para tratar la enfermedad, ya que la combinación de tau y beta-amiloide potencia la inflamación y el mal funcionamiento cerebral. Estos resultados son clave para abrir nuevas vías en el tratamiento del Alzheimer.
La inmensa mayoría de las personas no tienen problemas graves, por más que estos aumenten conforme se prolonga la vida. Jóvenes y mayores sanos pueden vivir con mala memoria sin mayores problemas.
La Dieta Mediterránea puede ayudar a mantener alerta los cerebros envejecidos, y un creciente cuerpo de evidencia vincula alimentos como los de la dieta mediterránea con una mejor función cognitiva, memoria y estado de alerta.
Con el paso de los años, nuestra memoria nos juega malas pasadas. Si quieres entrenarla y mejorarla notablemente, te proponemos estos cambios en tu estilo de vida.
|
|
|