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Ejercicio físico: clave en la prevención del Alzheimer y demencia
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Ejercicio físico: clave en la prevención del Alzheimer y demencia

martes 01 de julio de 2025, 14:14h

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El ejercicio físico se ha vuelto fundamental en la prevención del Alzheimer y la demencia, según estudios recientes que destacan su impacto positivo en la salud cerebral. Esta enfermedad, que comienza a desarrollarse antes de manifestar síntomas, puede verse influenciada por un estilo de vida activo. Incorporar actividad física en la rutina diaria no solo beneficia a quienes tienen antecedentes familiares de Alzheimer, sino también a aquellos que buscan proteger su salud cognitiva a largo plazo. La evidencia científica respalda la importancia del ejercicio como una herramienta accesible para cuidar el cerebro y prevenir el deterioro cognitivo.

El Alzheimer se presenta como una enfermedad compleja que comienza su desarrollo en el cerebro mucho antes de que los primeros síntomas sean evidentes. Recientes investigaciones han revelado que el estilo de vida, destacando la actividad física, juega un papel crucial en la probabilidad de desarrollar esta patología. En este sentido, la relevancia del ejercicio físico se hace cada vez más palpable, no solo como parte de un estilo de vida saludable, sino también como una herramienta accesible para cuidar del cerebro y fomentar la prevención.

Integrar el ejercicio físico en la rutina diaria puede resultar beneficioso tanto para aquellos con un mayor riesgo genético o familiar de Alzheimer, como para quienes buscan proteger su salud cognitiva a largo plazo. A continuación, se presentan algunos de los avances más recientes sobre este tema, explicados de manera sencilla pero fundamentada científicamente.

Beneficios del ejercicio físico en la salud cerebral

Diversos estudios han corroborado que mantener un nivel adecuado de actividad física no solo mejora la salud general, sino que también puede tener efectos positivos en la función cognitiva. La actividad regular promueve la circulación sanguínea y favorece la neuroplasticidad, lo que significa que el cerebro es capaz de adaptarse y reorganizarse ante nuevas experiencias.

Además, el ejercicio físico se asocia con una reducción del estrés y una mejora en el estado de ánimo, factores que pueden influir directamente en la salud mental y cognitiva. Por lo tanto, adoptar hábitos activos puede ser una estrategia eficaz para mitigar los riesgos asociados al Alzheimer y otras formas de demencia.

Conclusiones sobre la prevención del Alzheimer

La evidencia científica respalda cada vez más la idea de que un estilo de vida activo es fundamental para preservar las funciones cognitivas a medida que se envejece. Incorporar el ejercicio físico no solo beneficia al cuerpo, sino que también actúa como un escudo protector para el cerebro. Así, promover estas prácticas desde edades tempranas podría ser clave en la lucha contra enfermedades neurodegenerativas.

A medida que se continúan realizando investigaciones en este campo, queda claro que cuidar nuestro cuerpo mediante el ejercicio es una inversión valiosa para nuestra salud mental futura.

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