Los traumatismos cerebrales, resultantes de accidentes, caídas o deportes de contacto, no solo tienen efectos inmediatos en la salud, sino que también se ha demostrado que aumentan el riesgo de desarrollar demencia y deterioro cognitivo a largo plazo. Investigaciones indican que hasta un 3% de los casos de demencia podrían prevenirse evitando estos traumatismos. La gravedad del daño cerebral y la frecuencia de los impactos son factores determinantes en el riesgo de demencia. Además, las lesiones pueden desencadenar procesos como inflamación y acumulación de proteínas anormales, que están asociadas con enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer. La prevención es clave, incluyendo medidas como el uso de cascos y la adaptación del entorno para evitar caídas. Es fundamental una gestión adecuada tras una lesión y el seguimiento a largo plazo para detectar posibles síntomas de deterioro cognitivo.
La enfermedad de Alzheimer es la principal causa de demencia y presenta un desafío significativo tanto para quienes la padecen como para sus cuidadores. Esta afección neurodegenerativa provoca cambios progresivos en el cerebro, afectando áreas clave relacionadas con la memoria, el lenguaje y las emociones. Los primeros signos incluyen dificultades en la formación de nuevos recuerdos y desorientación espacial, debido a la acumulación de proteínas tóxicas como beta-amiloide y tau. A medida que avanza, se producen alteraciones en diversas regiones cerebrales, lo que conlleva a problemas en el procesamiento del lenguaje, la toma de decisiones y el control emocional. Comprender estos cambios es crucial para ofrecer un apoyo adecuado y desarrollar nuevas estrategias terapéuticas que mejoren la calidad de vida de los afectados.
La enfermedad de Alzheimer plantea interrogantes sobre la identidad humana, especialmente en relación con la memoria. A pesar de que esta enfermedad neurodegenerativa afecta gravemente la capacidad de recordar, se sostiene que la identidad va más allá de la memoria. Investigaciones indican que aspectos fundamentales de la identidad pueden preservarse incluso en etapas avanzadas de la demencia, desafiando la idea de una pérdida total del "yo". Existen estrategias efectivas, como intervenciones de reminiscencia y trabajo biográfico, que ayudan a fortalecer y mantener la identidad personal y social. La clave radica en un enfoque relacional activo que reconozca y valore a cada individuo, permitiendo que su esencia perdure a pesar del deterioro cognitivo.
La terapia multisensorial se presenta como una intervención innovadora para mejorar el bienestar de personas con demencia y deterioro cognitivo. Este enfoque terapéutico utiliza estímulos sensoriales controlados y personalizados, ofreciendo una alternativa no farmacológica que complementa tratamientos tradicionales. Al activar diferentes canales sensoriales, la terapia busca optimizar el funcionamiento cerebral, reducir síntomas conductuales y fomentar el bienestar emocional en individuos con diversos niveles de deterioro cognitivo. La neuroplasticidad respalda esta práctica, permitiendo que el cerebro se adapte a los cambios provocados por enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer. La terapia multisensorial se integra dentro de un modelo de atención centrada en la persona, adaptándose a las necesidades individuales de cada paciente.
CEAFA celebra la reciente recomendación del CHMP para la aprobación de donanemab, un tratamiento dirigido a pacientes con deterioro cognitivo leve o demencia leve por Alzheimer. Este avance representa un paso significativo hacia un enfoque más temprano en el tratamiento de la enfermedad, que afecta a más de 1,2 millones de personas en España. Aunque donanemab no cura el Alzheimer, su posible autorización por la Agencia Europea del Medicamento podría abrir nuevas alternativas terapéuticas en las fases iniciales de la enfermedad. CEAFA destaca la necesidad de una estrategia nacional integral que incluya diagnóstico precoz y apoyo a cuidadores. La Comisión Europea tomará una decisión final sobre su comercialización en los próximos 60 días.
El proyecto "Hostelería Inclusiva a 360 grados" busca reconocer los locales de hostelería más accesibles en Salamanca. Desarrollado por el Centro Integrado de Formación Profesional Rodríguez Fabrés, este esfuerzo de dos años cuenta con la colaboración del CRE Alzheimer del Imserso, que asesora sobre buenas prácticas para eliminar barreras y atender la diversidad. La iniciativa tiene como objetivo sensibilizar a la sociedad sobre la demencia, alineándose con las metas del Imserso para 2025.
Un nuevo estudio sugiere que las alteraciones visuales no tratadas podrían ser un factor de riesgo modificable para la demencia, según el informe de The Lancet Commission 2024. Con millones de personas afectadas por demencia en todo el mundo, es crucial identificar factores de riesgo que puedan prevenir su desarrollo. Las investigaciones indican que problemas visuales pueden contribuir al deterioro cognitivo al reducir la estimulación sensorial y las interacciones sociales. Además, condiciones como cataratas y retinopatía diabética están relacionadas con inflamación crónica, lo que podría aumentar el riesgo de enfermedades neurodegenerativas. Se enfatiza la importancia de realizar revisiones oftalmológicas regulares y tratar problemas visuales para mejorar la calidad de vida y potencialmente reducir el riesgo de demencia.
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La soledad y el aislamiento social son factores determinantes en el inicio y desarrollo de la demencia, según un reciente webinar organizado por la Confederación Española de Alzheimer y otras Demencias (CEAFA). La médico geriatra Belén González Glaría destacó que el contacto social puede prevenir o retrasar la aparición de esta enfermedad, comparable en su impacto a otros factores como la hipertensión. Con un 28% de los hogares en España compuestos por una sola persona, la soledad no deseada se ha convertido en una epidemia que afecta especialmente a mujeres mayores de 65 años. La lucha contra este fenómeno debe ser una responsabilidad compartida entre individuos, familias y administraciones públicas, promoviendo políticas que fomenten la interacción social y apoyen a quienes cuidan a personas con demencia.
Más de 270 residencias en España han eliminado las sujeciones físicas y farmacológicas a personas con demencia, según el programa 'Desatar' de CEOMA. Esta iniciativa busca mejorar la autonomía de los residentes, ya que las sujeciones pueden provocar efectos negativos como caídas y problemas de salud. A pesar de una actitud sobreprotectora en el país, se están logrando avances gracias a la concienciación y a la instrucción de la fiscalía general del Estado. Extremadura ha sido pionera al eliminar todas las sujeciones en sus centros. Además, las residencias pueden obtener una certificación como "centros amigables" al cumplir con estándares que promueven el bienestar de los usuarios. Se estima que unas 250.000 personas con demencia viven en residencias en España, y se hace un llamado a mejorar los recursos para su atención y diagnóstico.
Un estudio reciente publicado en la revista Actas de Coordinación Sociosanitaria revela que el 45% de los casos de demencia son prevenibles mediante cambios individuales y sociales. Coescrito por expertos de la Université de Montréal y la Universidad Complutense de Madrid, el artículo identifica 14 factores de riesgo modificables que abarcan desde la infancia hasta la vejez, como baja escolaridad, pérdida auditiva, sedentarismo y aislamiento social. Además, destaca que las intervenciones multidominio, como el proyecto FINGER, han demostrado ser efectivas en la reducción del deterioro cognitivo. Los autores llaman a priorizar investigaciones sobre intervenciones comunitarias para mejorar la salud pública y abordar factores socioeconómicos que influyen en el riesgo de demencia.
El Centro de Referencia Estatal (CRE) Alzheimer en Salamanca ha lanzado la guía «Terapia de reminiscencia con fotografías (TRF)», enfocada en intervenciones no farmacológicas para personas con demencia. Esta innovadora publicación, creada por expertos del centro y especialistas en psicología, ofrece orientaciones prácticas para realizar talleres que utilizan fotografías familiares e históricas. Su objetivo es mejorar la calidad de vida, estimular la memoria y fomentar la interacción social en personas con deterioro cognitivo leve o moderado. La guía refuerza el compromiso del Imserso por promover terapias basadas en evidencia que centran su enfoque en las capacidades preservadas de los pacientes, fortaleciendo sus vínculos afectivos y comunicación.
La neuropsicología desempeña un papel crucial en la prevención y diagnóstico precoz de las demencias, según un reciente webinar organizado por la Confederación Española de Alzheimer y otras Demencias (CEAFA). La neuropsicóloga Marta Balagué Marmaña destacó la importancia de la evaluación neuropsicológica para identificar alteraciones en funciones cognitivas como memoria y lenguaje. Además, se abordaron factores de riesgo como el aislamiento social y la falta de estimulación sensorial que pueden contribuir al deterioro cognitivo. Se enfatizó la necesidad de un diagnóstico específico y temprano, así como el impacto positivo de nuevos tratamientos farmacológicos en el manejo del Alzheimer. La combinación de intervenciones farmacológicas y no farmacológicas es esencial para mejorar la calidad de vida de los afectados por demencia.
La Confederación Española de Alzheimer y otras Demencias (CEAFA) ha solicitado soluciones urgentes para abordar la soledad y el edadismo que enfrentan las personas cuidadoras de familiares con Alzheimer. En su reciente informe, CEAFA destaca cómo el cuidado de estas personas no solo afecta su salud física y emocional, sino que también conduce a un aislamiento social significativo. El 75% de los cuidadores reporta sentimientos de soledad, mientras que un 62% indica que el cuidado ha perjudicado su salud. CEAFA propone medidas como apoyo integral a cuidadores, creación de redes comunitarias y promoción de entornos inclusivos para mejorar la calidad de vida de este colectivo. Además, se presenta un estudio sobre el edadismo que sufren los cuidadores mayores, revelando la necesidad de erradicar esta discriminación y brindar más apoyo a quienes dedican su vida al cuidado de personas con demencia.
Un estudio internacional publicado en la revista Nature Mental Health ha identificado tres perfiles psicológicos que podrían influir en la evolución de la salud mental, cognitiva y cerebral durante el envejecimiento. Liderado por el profesor David Bartrés-Faz, el análisis incluyó a más de mil adultos de mediana edad y mayores. Los hallazgos sugieren que las características psicológicas específicas pueden afectar el riesgo de demencia, la velocidad del deterioro cerebral y la calidad del sueño. Esta investigación abre nuevas posibilidades para desarrollar estrategias de prevención personalizadas, destacando la importancia de realizar evaluaciones psicológicas integrales para identificar estos perfiles y adaptar intervenciones adecuadas.
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